Ir al contenido principal

Olentzero



“No sabía que había cartas para Olentzero” La joven de la tienda donostiarra de regalos es amable, lo cuenta con entusiasmo, “¡Sí, como Papá Noel! Pero yo de pequeña pedía carbón, porque me gustaba” “Carbón dulce, en Asturies también se pone”.

En la Nochebuena de Euskal Herria un carbonero escala por las ventanas y llena de regalos los calcetines que ha dejado colgados la población infantil. “¿Por qué un carbonero?” “No lo sé, dicen que la historia viene de un casero, que regalaba juguetes a los niños; el 21 los chicos se visten de caseros y nosotras de caseras, con el traje de siempre”

El 21 de diciembre es Santo Tomás, desde hace siglos la fecha de rendir resultados del caserío (baserri): pagar las rentas, hacer cuentas con el amo, renovar los contratos; caseros (baserritarras) y caseras iban a la ciudad o la villa y solían presentarse cargados de su producción agropecuaria para hacer que en la caja terminara de cuadrar el saldo. Día de mercado importante, pues. No es sorprendente que una pequeña parte del sobrante se invirtiera en la alegría infantil para la celebración de tres días más tarde; olentzero, ese ser un poco solitario que se ganaba la vida haciendo y repartiendo carbón vegetal, que ya habitualmente andaba con la cara tiznada, bien podía colarse por ventanas y chimeneas y dejar en secreto los regalos mientras la familia cenaba.






Me cae bastante mejor olentzero, un esforzado trabajador que se afana por repartir alegrías, que el Papá Noel que nos ha colonizado, no da un palo al agua y explota a los elfos; que San Nicolás, por obispo, y ya no digamos, que los Reyes Magos, esos traidores que nunca me traían lo que yo pedía, y encima tan vagos que a pesar de que la Navidad duraba dos semanas no llegaban a casa hasta el día inmediatamente anterior al que yo debía volver a la escuela. ¡Catorce jornadas esperando, para casi nada y encima no tener ya tiempo de jugar, menuda estafa de Reyes!







Comentarios

Entradas populares de este blog

Montauban, Azaña y otros exilios

No terminaba de entenderlo. Fui preguntando a gente que sabe más que yo de estos asuntos. Una señora de Asturies, un señor de Lleida, más próximos a la centena que a la noventena de años, habían decidido dejar de hablar en castellano, era como si no lo recordasen. La gente me dice que es bloqueo por los sufrimientos de la guerra, la emigración forzosa, la terrible postguerra…Puede ser. La Red Republicana nos invitó a ir a Montauban , con motivo del 75 aniversario de la muerte de Azaña, el 3 de noviembre; acudí en calidad de vicepresidente del Ateneo Republicano de Asturias, junto al presidente de honor, Paco Prendes y los compañeros Faustino Álvarez y Antonio Cuervo; agradable compañía.  Yo no sabía mucho de Azaña, no le había prestado interés, la verdad; sin embargo hay algo en lo que todo el mundo insiste cuando habla de él: su sentido ético, suficiente para dedicarle atención en una España que parece haberlo perdido, más cuando la palabra que oigo repetir, relativa a esos a

Se me han hinchado las narices

Se montado la de la Virgen. La corporación ha hecho público que retirará los símbolos religiosos de los centros oficiales, incluyendo, claro, la imagen de la Virgen del Carbayu, patrona de Langreo, y una parte de la población ha montado en cólera. El martes hubo concentración, voces, imprecaciones y zarandeos. “¿Qué y-pasa a esti home? Na, que cayó, ahí nel pasu peatones. ¡Ah, en el ladrillu esi!” Por lo que se ve todo el mundo lo conoce; hay una diferencia de casi cinco centímetros entre la acera y el badén, cualquiera puede tropezar y romperse la cara a la entrada del Mercadona. En este caso era al ir, si es a la vuelta, con las bolsas en las manos, me parto el alma. Reunieron más de cinco mil firmas. A la puerta de la Casa consistorial leyó Julio las razones por las que consideraban que no debería retirarse la imagen, ante unas quinientas personas que lo apoyaban. Dicen que los concejales de Somos se rieron, y se armó la de dios es cristo. La gente se impresiona mucho por

El crimen de Vindoria

Había poca luz en la cocina, por entonces la corriente venía a 125 voltios y las bombillas tenían pocos watios, para no gastar; además era frecuente que se cortara el servicio, se levantaba entonces la sólida tapa de hierro colado y la lumbre proyectaba sobre la pared figuras espectrales. La Cuesta Vindoria estaba entre los espectros de mi infancia, entre las historias que oía contar después de la cena; ahora los conozco mejor gracias al libro de Rosa del Carmen Álvarez Campal, que explica el asesinato de cinco mujeres y tres hombres de Laviana, a mano de civiles golpistas. Luis el de la carretera, 55 años, Avelino Hevia, 23, Pepe Toribio, 50, Julia Morán, 41, Chucha la de Blas, 20, Luisa la Cucharona, 19, Rosario Montes, 39, y Joaquina Antuña, 33, fueron sacadas en un camión de la repleta cárcel comarcal ( “no había sitio para sentarse” ) en una noche de otoño que amenazaba nieve, y rematadas, once kilómetros Río Nalón abajo, en una curva donde nunca da el sol. ¿Por