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Mostrando entradas de 2017

Vanesa, con la disculpa de la Constitución

Estábamos en el hotel, el periodista de La Nueva España había quedado en venir a las doce para entrevistar a Vanesa Llaneza, concejala de Empleo, Comercio y Desarrollo industrial del Ayuntamiento de Langreo; la gerencia nos había cedido amablemente la sala de lectura para hacer la grabación en buenas condiciones, habíamos llegado con tiempo para prepararlo todo. En la televisión nacional hacían propaganda de la Constitución. Hace treinta y nueve años, nosotros nos opusimos a esta Constitución; era una postura difícil de explicar, porque parecía entonces la panacea, la publicidad oficial decía que solucionaba todos los males. Luego fue tratada como la Sagrada Escritura; ahora reconocen que igual hay que retocarla. Pero poco, por si se rompe. Vanesa : No garantiza los derechos de las personas que vivimos de trabajar. Mira los últimos datos del paro, aumentando, pese a los contratos temporeros de la Navidad; la mitad de la gente parada no tiene ningún tipo de ayuda, en Asturies 30

La fiesta de la banderita.

No suelo ondear banderas, la verdad; tal es así que este año ni siquiera acudí a la de Cruz Roja. Desde la infancia tengo aversión a los uniformes. Reconozco que, en ocasiones, pueden ser útiles, por ejemplo, cuando empiezas a jugar al fútbol con compañeros que no conoces bien; o en el caso de la foto que nos ilustra: los camareros de esta cafetería de Málaga no tienen que explicar en veinte idiomas que ésa, exactamente ésa, es la tortilla española. Sin embargo, las banderas habitualmente suelen tener un uso militar o paramilitar: la enseña de quienes quieren ser diferentes de otros, a los que, sin ninguna duda, consideran claramente inferiores en méritos para dar gloria al género humano. Las banderas separan; de la misma raíz es la palabra bandería , facción, de connotaciones desagradables. Hay en estas últimas semanas inflación de banderas, y el exceso origina, necesariamente, abaratamiento; al final, cualquiera se envuelve en sus colores, sin saber muy bien a cuento

Sentimientos invisibles. El círculo mágico

Todo comenzó en mi decimotercer cumpleaños, cuando al soplar la vela, deseé que nunca se apagara. Fue mi primera decepción, había ideado el plan al milímetro: si la vela no se apagaba, el cumpleaños nunca terminaría, y podría ser un niño para siempre; pero fracasé. Aquello me marcó, era la primera vez en mi vida que realmente deseaba algo, y todos decían que podías pedir un deseo en tu cumpleaños… me sentí profundamente engañado, y prometí que jamás volvería a creer en la magia. Este cuento ha aparecido en el nº 30 de la revista "Sentimientos invisibles", León julio 2017. Su autor, Jorge Ramos , es responsable de la edición, también en papel, de la publicación “El silencio es miedo”, en la ciudad de Palencia. El dibujo de cabecera es de Camino Fdez. Viejo . A los 23 años, tras finalizar mis estudios de animación sociocultural, por puro despecho me convertí en mago. La llama del odio ardía con fuerza en mi interior, y para poder soportarlo cada noche ejecutaba mi mejo

Te ruego, por favor, que no nos traigas el avión

La señora, bastante mayor, estaba asustada, “¿Por qué hay tantos aviones hoy en Gijón?” Antes, al comienzo de la exhibición, las gaviotas habían huido despavoridas de la playa, tierra adentro; la cuñada de Mariajesús había recogido la ropa tendida, pensando que tronaba. Los aparatos militares atronaban la ciudad, en ruido insoportable, aplaudidos, como espectáculo de circo, por gentes entre las que se encontraban muchos varones disfrazados de cuando hace tantos siglos hicieron la mili. Se ha convertido en una desagradable costumbre hacer propaganda de la guerra como un atractivo turístico del verano gijonés. Y los padres abren la boca como niños y llevan a los propios a sentarse ante los mandos de una máquina de matar como si fuera un juguete. Pero la guerra no es un juego de ordenador, aunque desde que los sinvergüenzas sin alma (Bush, Blair y su lacayo Aznar) atacaran Iraq y se transmitiera en directo, parece todo una hermosa película de acción. Pero la guerra no es ficc

Sólo por tres meses. Último y necesario capítulo. Méritos.

Solamente he sido un amanuense. Me ha parecido tan interesante la historia, que he leído con detalle las informaciones que sobre ella han llegado a mis manos y las he resumido para ponerlas a disposición de todas las personas que las desconocían. Relaciono a continuación las fuentes que he manejado, no como en una bibliografía al uso, sino con anotaciones para que cualquiera pueda hacerse una idea de su utilidad. De los autores y autoras que se citan son los méritos. La primera cuestión es que yo no habría llegado a estas noticias de no haber sido por la transmisión oral de Francisco Robles Hernando , leonés de 91 años que me honra con su amistad. Le he insistido varias veces en que ponga sus experiencias por escrito, pero no hay manera; y no porque no se maneje con la pluma, que habla, -y escribe-, el mismo castellano (“ Los salesianos eran duros, pero me enseñaron bien ”) de cuando salió de España en el 37, aunque a veces cambie los términos. Por ejemplo, no dice “¡qué

La luz

Patricia Valley no pudo venir; ya se sabe que una artista tiene compromisos que le llenan la agenda, sin embargo está también comprometida con el Ágora de la Poesía . Se celebraba la edición número 50, no podía faltar su colaboración, así que se lo encomendó a la madre, Charo de la Fuente, que para estar se exige un tremendo esfuerzo personal. La luz Que duela Que arda en las retinas. Han venido muchas gentes a esta celebración redonda; de Alcalá de Henares; Valladolid, Palencia y Salamanca; de Asturies y Córdoba; de Madrid. León para esto no está solo. El hemiciclo de San Marcos tiene los asientos duros, pero las piedras se cubren de poetas, curiosos y espectadoras el último viernes cada mes, en la estación que fuere; desde el Bernesga, la brisa nocturna obliga hoy a abrigarse, incluso aunque contemos con el chocolate y el bizcocho de los Pinto&Prieto. Los fotógrafos profesionales dejarán constancia gráfica. Cartago, Lomana. El Caminante repartió el número veint

Sólo por tres meses. Capítulo VIII. El niño vasco de Mansilla de las mulas

Bueno, yo no soy vasco, soy de León. Mi padre trabajaba entonces en Altos hornos de Vizcaya, que había gente de muchos sitios; él era de Mansilla de las mulas, la familia de mi madre era de Burgos. Toda esta historia que os estoy contando no habría sido posible sin Paco. Francisco Robles y Hernando, hijo de Martina y Germiniano, un amable matrimonio que alquilaba su casa de Mansilla a familias asturianas para el veraneo. Paco venía con la suya en época de vacaciones; en las conversaciones que los mayores tenían en el patio, bajo la parra, fui oyendo de niño que había mundos fuera de las fronteras ibéricas. Sin embargo no fue hasta fechas más recientes cuando supe toda la historia de la evacuación. “ Estábamos en la parada del autobús y sentimos unas explosiones muy fuertes. ‘¡Guernica, es para la parte de Guernica!” Unas semanas antes habían arrasado Durango. La cosa se ponía fea, el general Mola amenazaba por radio exigiendo la rendición incondicional, las escuadras aére